jueves, 12 de junio de 2014

BERLÍN: CRUZANDO EL TELÓN DE ACERO

EL MURO DE BERLÍN

Si nos atenemos al título de este blog, viajar a Berlín ha sido como cerrar el círculo, ya que si hay un símbolo característico por excelencia de la época del Telón de Acero, ese es el Muro de Berlín. Se podría decir que es la barrera física propiamente dicha, que por extensión se convirtió en una barrera ideológica, de pensamiento y de entender el mundo entre dos bloques totalmente contrapuestos.
El mural más famoso de la East Side Gallery
Trozo de muro conservado hasta el día de hoy

Se podría decir que cada ciudad, a día de hoy, es el resultado de su propia historia, de las vicisitudes que han vivido, de las gentes que dejaron en ellas su sello y de los acontecimientos que allí se han producido, tanto buenos como malos. En el caso Berlín, es una ciudad que, irremediablamente, está unida a su pasado más reciente. Y es que tener durante 28 años una pared de más de 3 metros de altura dividiendo la ciudad, marca, y mucho.

Si por algo se ha caracterizado el ser humano desde que pisó la tierra, es por acometer guerras y otros proyectos absurdos, casi siempre con el fin de hacerle la vida imposible, o peor aún, liquidar a sus semejantes, simplemente por pensar distinto o actuar de manera diferente. Se podría decir que el Muro de Berlín está en el podium de estas absurdeces, porque construir un muro de más de 150 km de largo para aislar parte de una ciudad, no parece de personas que estén en su sano juicio. Pero se hizo. Y mucha gente estuvo 28 años sin ver a su familia, amigos y seres queridos debido a la imposibilidad de cruzar el muro, jugándose incluso la vida si osaban atravesar la pared de hormigón. Por algo fue bautizado, entre otros apelativos, como "el muro de la vergüenza".

Afortunadamente, a día de hoy, el Muro es historia. Quedan algunos trozos en pie que sirven como memoriales o como museos al aire libre, como el tramo conocido como East Side Gallery, que es una auténtica colección de graffitis en el lado este que ilustran la época de la Guerra Fría, y centros de información como los de la calle Bernauer o la Topografía del Terror.
Centro de información de Topografía del Terror
Memorial de la calle Bernauer

 

MÁS ALLÁ DEL MURO

Muro de Berlín aparte que, qué duda cabe, es el elemento sobre el que gira el Berlín actual y gran atracción para los amantes de la historia, en esta ciudad hay multitud de cosas por ver. Hacer turismo por Berlín es algo que te deja realmente molido, ya que es una ciudad con todo a lo grande, con distancias bastante largas y con multitud de atractivos en los diferentes puntos de la ciudad. Es muy recomendable saber manejarse con soltura en las redes de transporte público, ya que tratar de entender la red de metro-tren-tranvías-autobuses, puede ser desesperante si uno está poco acostumbrado a estas lides.

Puerta de Brandenburgo, de día
Puerta de Brandenburgo, de noche
Sin duda, junto con el Muro, el monumento más conocido de Berlín es la Puerta de Brandenburgo, punto principal de la ciudad, lugar de reunión y celebración de acontecimientos y símbolo de la reunificación alemana. Seguro que más de uno la ha visto en el Parque Europa de Torrejón de Ardoz, pero ya os digo que la auténtica es mucho más grande. Además, recomiendo visitarla dos veces, tanto de día como de noche, merece la pena verla iluminada a la luz de los focos.

Columna de la Victoria
Fachada principal del Bundestag
Justo al lado de la Puerta de Brandenburgo, nos topamos con el imponente Reichstag, hoy conocido como Bundestag, que es la sede del Parlamento alemán, el equivalente a nuestro Congreso de los Diputados, y a los pies de ambos monumentos, se abre en la inmensidad el impresionante parque Tiergarten. Para que os hagáis una idea, es prácticamente el doble de grande que el Parque del Retiro madrileño, lo que constituye un enorme pulmón verde para una ciudad de casi 3'5 millones de habitantes. Por ponerle una pega, no es una única unidad, sino que está partido por cinco avenidas que confluyen en una enorme plaza coronada por la Columna de la Victoria, un obelisco de 69 metros de altura y 285 escalones que ofrece unas magníficas vistas de toda la ciudad y, en su interior, una más que interesante exposición de maquetas de monumentos famosos del mundo.
Maqueta de la Catedral de San Basilio, en Moscú.
Panorámica del skyline berlinés con el Tiergarten en primer plano










 

BERLÍN NO SE ACABA

Torre de la Televisión
No querría ser pesado, pero ya os digo que en Berlín hay muchas cosas por ver. Otro de los puntos centrales de esta ciudad es la plaza Alexanderplatz, donde se erige la Torre de la Televisión, construida por el régimen comunista en lo que fue el antiguo Berlín Este. Esta torre se eleva 368 metros sobre el suelo, si bien su mirador "sólo" está a 204 metros. Me encantan los miradores, pero pagar 13 € sólo por subir me pareció un poco abusivo (subir a la Columna de la Victoria costó 3 €), así que por esta vez, desistí de ver el paisaje desde el edificio más alto de Alemania. Seguro que a los que vivís o conocéis Madrid, os ha dado un aire al edificio de Torrespaña, conocido popularmente como el Pirulí, y no vais muy desencaminados. Yo pensé lo mismo, puesto que la estructura es muy similar, si bien Torrespaña es más oscura.

Otro de los monumentos curiosos de la ciudad es el Monumento del Holocausto, oficialmente, "Monumento a los judíos de Europa asesinados". Estéticamente, no parece nada del otro mundo, pero impresiona. El monumento consta de 2711 bloques de hormigón colocados en filas, igual de largos y de anchos, pero de diferentes alturas (de 20 centímetros a casi 5 metros). Están dispuestos en filas perfectas y dan la impresión, según su diseñador, de crear una atmósfera incómoda y confusa, y realmente puede llegar a conseguirlo. Aquí podemos encontrarnos los nombres de las víctimas del Holocausto judío, las cuales dicen que podría tardarse seis años en leerlas todas.

Paso fronterizo
Reconstrucción del punto de control
 Como ya tenemos que ir terminando por hoy, vamos a cerrar un nuevo círculo volviendo al principio de esta entrada, es decir, al Muro, santo y seña de la capital berlinesa. Ahora nos vamos a Berlín Oeste, que estaba dividido en tres sectores controlados por el ejército francés, el británico y el estadounidense. Para pasar de una zona a otra, existían puntos de control como el "Chekpoint Charlie", ubicado al final de la populosa calle Friedrichstraße y demolido en 1990, pero reconstruido diez años después para dejarlo como museo y como recuerdo del paso fronterizo que aquí se ubicaba entre la zona soviética (Berlín Este) y la zona de Berlín Oeste controlada por el ejército estadounidense.

Pues como el que no quiere la cosa, me ha quedado otra entrada en plan "guía de viajes", como la mayoría, pero bueno, he intentado darle un poco de mi sello de personal y espero que os haya gustado, porque ya quedan pocas y en breve le echaremos el cierre al blog.

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