lunes, 31 de marzo de 2014

CONOCIENDO WROCŁAW

Diez días después de aterrizar en Polonia, va siendo hora que os cuente algo de por aquí, aunque ya sé que algunos sois fieles a las cositas que voy colgando en el Facebook. Gran parte de este tiempo lo he invertido en aprender a moverme por Wrocław, a través de su red de tranvías y de autobuses. Para alguien que, como es mi caso, tiene más que trillado lo de moverse por Madrid con su área metropolitana de 5 millones de habitantes, la ciudad de Wrocław (620.000 habitantes), la verdad es que no intimida. Después de darle caña a la UrbanCard (con la ayuda de un plano de los tranvías) y de varios paseos, ya me muevo por aquí como pez en el agua.

La UrbanCard, el abono transportes de Wrocław 

EL RYNEK

El centro de Wrocław no es muy grande, uno puede pateárselo de norte a sur y de este a oeste sin tardar mucho. Me llama la atención que las calles de la ciudad antigua se disponen de forma ortogonal, o en damero (como los ensanches modernos de Madrid o Barcelona), en lugar de ser un entramado de callejuelas más típico del casco histórico de prácticamente cualquier ciudad española. Todo el centro de la ciudad gira en torno al Rynek o Plaza del Mercado, que es una "Plaza Mayor" de toda la vida y que en Cracovia tiene el mismo nombre. El domingo pasado fuimos por primera vez y no había por allí ni "El Tato", ya que era un día lluvioso, pero ayer, que apareció un día primaveral, el Rynek estaba lleno de paseantes, estatuas humanas, músicos y hasta coches de caballos que le daban un aire sevillano a la capital del Voivodato de la Baja Silesia. Si uno se sube a la torre de una de las iglesias más altas de Wrocław (por un módico precio) se pueden contemplar vistas como la que aquí os dejo.

El Rynek desde lo alto de una de las iglesias más altas de la ciudad
El Rynek un día lluvioso











 

EL RÍO ÓDER

En polaco lo llaman Odra y es otro de los grandes alicientes de la ciudad. Este río se ramifica cuando llega a Wrocław convirtiendo a la ciudad en una especie de Venecia o de Ámsterdam de la Europa Oriental. Los brazos del Óder han provocado que se forme un paisaje de puentes y pequeñas islas muy atractivo de visitar.

Puente Grunwaldzki
Puente Piaskowy
Las islas Wyspa Słodowa y Wyspa Bielarska son utilizadas como parques donde la gente se va a tumbar al césped, a tomarse una cerveza e incluso hacen barbacoas.

 









Voy a sacar ahora mi lado romanticón (si es que lo tengo). Una vez que atravesamos el Puente Piaskowy entramos en una especie de parque que nos deja una magnífica vista del río Óder a un lado y que desemboca en el puente de los enamorados: el puente Tumski. Ese donde las parejas dejan constancia de su amor colocando un candado en uno de los barrotes del puente y tirando la llave al Óder (como en el famoso Ponte Milvio romano).

Puente Tumski
Candados sobre los barrotes del puente Tumski
Si alguna vez os pasáis por aquí, no es necesario que os traigáis el candado de casa, puesto que a un lado del puente hay una especie de chiringuito donde podréis adquirir uno al precio de 10 zlotys (2'5 €), que no es nada por dejar un sello de amor permanente.

Lo que no sé es hasta qué punto afectará esta costumbre a la firmeza del puente, ya hay muchos candados puestos y eso supone mucho peso, y aún queda sitio para bastantes más, así que no hace falta que corráis a coger sitio.
Si cruzamos el puente Tumski, sólo tendremos que andar unos metros para darnos de bruces con otro de los principales edificios de interés de  Wrocław: la catedral de San Juan Bautista. Polonia es un país de fuerte arraigo católico y la figura del Papa Juan Pablo II es considerada prácticamente como la del mismísimo Dios. Volviendo a la catedral de San Juan Bautista, además del propio edificio, es digno de ver todo el barrio donde se ubica, para mí el más bonito de todo lo que he visitado en la ciudad hasta el día de hoy. En sucesivas visitas a esta zona me he propuesto visitar el Jardín Botánico y subir también a la torre de la catedral (la izquierda), para poder ver una panóramica diferente de la ciudad.
Parece que está lejos, pero está muy cerca
Así nos recibe la catedral nada más salir del puente Tumski











UN PAR DE CURIOSIDADES

Pues creo que ya os podéis hacer una idea de la ciudad en la que residiré hasta mediados de junio. Es una ciudad acogedora y los polacos con los que he tratado parecen buena gente (si no hablaran en polaco...). De mis paseos y mis (pocas) salidas nocturnas me gustaría destacar un par de imágenes curiosas: la primera es de una agencia de viajes que cualquiera diría que es la sede del PP en Wrocław (misma gaviota y mismo tipo de letra).

¿Sede del PP en Wrocław? Demasiada casualidad.
La última curiosidad con la que me despido hasta la próxima entrada (aunque algo me leeréis en Facebook) es que el sábado conocí a un tipo que parecía salido de otra época: una mezcla de los Bee-Gees y, sobre todo, del mítico tenista Björn Borg. Menudo figura, el tío va por ahí con un chándal chillón y con la bici de le época de Eddy Merckx (por lo menos). Todo un crack.


Aquí me veis con Björn Borg, ganador de 11 trofeos del Grand Slam

Un saludo desde el otro lado del telón de acero, y hasta la próxima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario