viernes, 25 de abril de 2014

AUSCHWITZ: VIAJE AL CENTRO DEL HOLOCAUSTO

Todos hemos oído nombrar alguna vez la palabra Auschwitz, y no hace falta tampoco ser muy erudito para saber de lo que estamos hablando. Pero no es lo mismo escuchar que leer, y no es lo mismo leer que ver con tus propios ojos. Por si todavía queda algún despistado, Auschwitz-Birkenau fue el mayor campo de exterminio de la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Una auténtica fábrica de matar gente que no cumplía con los cánones de lo que debía ser un alemán de pura cepa, a saber: judíos, disidentes políticos, gitanos u homosexuales, entre otros. Los judíos fueron los que se llevaron la peor parte, ya que se calcula que fueron más o menos el 90% del aproximadamente 1.100.000-1.300.000 que allí fueron ejecutadas.

Voy a intentar enseñaros un poco lo que es este lugar y lo que se siente al entrar allí.
"El trabajo os hara libres"
Ya a la entrada de Auschwitz I nos topamos con una leyenda que dice "El trabajo os hará libres". Cuanto menos es de bastante mal gusto poner semejante lema a un lugar donde la gente que entraba era, generalmente, para no salir, ni para vivir en unas condiciones medianamente dignas durante el tiempo que allí durase su estancia.

AUSCHWITZ I

La visita se compone de dos partes bien diferenciadas: en primer lugar entramos a Auschwitz I, que era como la "sede administrativa" desde la cual se organizaba todo. No obstante, también aquí se efectuaron ejecuciones masivas en la cámara de gas o en la horca. Hoy día es la parte central del museo, donde podemos encontrar objetos de todo tipo.
Maletas
Juguetes infantiles

Piezas ortopédicas


 Al entrar en el campo de concentración, los presos eran despojados de todos su objetos de valor: maletas, zapatos, gafas, cepillos de dientes, peines, los niños de sus juguetes, etc. Todo podía servir para fabricar armamento, para utilizarlo como combustible, o para cualquier otra cosa útil en tiempo de guerra. Al entrar, los presos eran rapados y tatuados según el grupo al que pertenecieran: judíos, presos políticos, homosexuales, etc. Una vez dentro, los más "afortunados" tenían que trabajar en el campo de concentración o fuera, en alguna fábrica o mina cercana. Los ancianos, enfermos de gravedad y demás gente considerada "inútil", eran directamente enviados a la cámara de gas. Puede sonar duro, pero era así. Había presos que entraban directamente para ser ejecutados, otros podían pasar unos meses dentro, aunque el destino de la gran mayoría era el mismo.
Las calles del recinto conservan aún el vallado, las ventanas tapadas para que nadie pudiera ver lo que se hacía fuera, etc. Paseando por allí uno puede casi trasladarse a aquella época. Me permití la licencia de hacer algunas fotos en color sepia o en blanco y negro para darle a esta entrada un poco más de sello histórico. Lo cierto es que el lugar impresiona, y más si a uno le gusta un poco la historia contemporánea.


Hay zonas que podrían parecer un rancho texano, o el escenario de una película de vaqueros, pero nada más lejos de la realidad. Estamos en el lugar donde  se produjo una de las mayores masacres de la Historia de la humanidad. Me gustaría destacar el buen hacer del guía, polaco pero con un gran dominio del español, que explicaba todo bastante bien sin necesidad de caer en detalles demasiado "gore". No es necesario, ya que a grosso modo todos sabemos lo que ocurrió allí.

Otro dato curioso es que los nazis no querían gastarse mucho dinero en el exterminio de sus enemigos. Matar con bala era muy caro. Tras muchos experimentos, muchos de ellos utilizando a los propios presos como cobayas humanas, idearon una forma barata y efectiva para acabar con la vida humana: el Zyklon B. Este gas era normalmente utilizado como pesticida y también para despiojar a los presos de los campos de concentración, por lo tanto, podrían fabricarlo sin que pareciera material bélico.
Restos de botes de Zykon B.

BIRKENAU

Ya hemos dicho que Auschwitz I fue la sede "administrativa" de este terrible complejo. El lugar donde se llevó a cabo el mayor número de ejecuciones fue Birkenau, que es lo que solemos llamar habitualmente "Auschwitz".

En Birkenau los hombres estaban separados de las mujeres en barracones donde podían hacinarse hasta 1.000 personas. Había unos 80 para mujeres y 150 para hombres donde todos vivían en condiciones infrahumanas, explotados y a merced de cualquier enfermedad o infección. En cada litera podían "dormir" hasta 30 personas y ya os podéis imaginar para lo que servía esa fila de agujeros que veis en una de las siguientes fotos.

A los nazis, lógicamente, no les interesaba que en los campos de concentración existieran revueltas o motines entre los presos, por lo que recurrían a la mentira y el engaño en el trato con los presos. Cuando llegaba la hora de las ejecuciones, les decían que se iban a bañar, los ponían en fila, les quitaban la ropa, y el terrible final ya lo sabemos todos. El "baño" era de Zyklon B y el proceso acababa en uno de los crematorios que había en el campo y que fueron destruidos antes de que el campo fuera tomado por el ejército soviético.
Cámara de gas en Auschwitz I
Restos de crematorio en Birkenau
Sé que es duro decirlo, pero en la cámara de gas de Auschwitz I se pueden apreciar los arañazos de los presos en las paredes. Son cosas que jamás se te pasan por la cabeza hasta que no visitas un lugar como este. Pero pasaron, y no hace tanto.

Por ir terminando, me gustaría hacerlo con una reflexión personal. Auschwitz-Birkenau es un lugar que jamás debería haber existido. Esta ahí y es parte de la historia, pero es inadmisible que en pleno siglo XX se matase a gente por profesar otra religión, por tener ideas políticas diferentes, o por tener otra orientación sexual que no fueran las que un señor bajito con bigote consideraba como parte de la "pura raza aria". Ojalá en el futuro no tengamos que convertir en museo lugares tan atroces como este. Auschwitz-Birkenau debe ser el último. Y debemos tenerlo presente para que no se repita en el futuro, como nos recuerda George Santayana en la pared de uno de los edificios de Auschwitz I.
«Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo»


martes, 15 de abril de 2014

PRAGA: HISTORIA DE UN FLECHAZO

"París bien vale una misa". Esta frase la pronunció Enrique IV el 25 de julio de 1593 cuando se "convirtió" al catolicismo para poder proclamarse rey de Francia. En abril de 2014, Juan Miguel Sánchez, ósease, un servidor, bien puede asegurar que "Praga bien vale una entrada en el blog". Aunque la verdad es que Praga se merece bastante más que una simple entrada en este cutre-blog, ya que es una ciudad fascinante de la que he conseguido enamorarme en tan sólo un par de días. Cuando me confirmaron que iba a realizar mi Erasmus en Wrocław, una de las cosas que me propuse fue realizar varios viajes por los alrededores y que desde España serían más complicados de efectuar. Una de esas paradas obligatorias era Praga, y este fin de semana he conseguido tacharla de la lista tras un viaje del que he vuelto más que satisfecho.

LA CIUDAD VIEJA

Estatua de San Wenceslao
Bulevar de San Wenceslao
La imponente estatua de San Wenceslao (a la izquierda, patrón de la República Checa) es la que nos guía el camino que va desde la Ciudad Nueva hasta la Ciudad Vieja a través de un bulevar donde se concentran tiendas, puestos de comida típica, recuerdos, artesanía, etc. además de diversas "atracciones" para adultos en los alrededores de las cuales te intentan persuadir en plena calle, para mi gusto, con demasiada insistencia.

Reloj astronómico
Esferas del reloj
Una vez llegamos al final del Bulevar, entramos en la Ciudad Vieja, el corazón de la ciudad propiamente dicho. Praga no ha sido devastada por guerras como Wrocław y conserva un centro de la ciudad precioso, con un entramado de callejuelas y edificaciones donde uno se puede perder durante horas. Después de atravesar varias calles estrechas a tope de gente, llegamos a la "Plaza Mayor" de la ciudad, donde nos topamos de frente con el reloj astronómico, una de las principales atracciones turísticas de la ciudad. No voy a explicar su complejo funcionamiento, porque en este enlace lo hacen muchísimo mejor. Lo más destacable es que cada hora en punto (de 9 a 23 horas) se pone en marcha el mecanismo del reloj y se ven moverse a sus pequeñas figuras y a los 12 apóstoles pasando por las pequeñas ventanas. La atracción dura así como un minuto, pero la plaza se pone "abarrotá". La plaza estos días es un hervidero de gente, ya que por Semana Santa hay instalado un gran mercadillo de artesanías, comida y dulces típicos, helados, etc. que se mezcla con la enorme cantidad de turistas más los típicos artistas callejeros. Aquí podéis ver el mecanismo del reloj que tantísima expectación crea:

 
Antigua puerta de la ciudad
Una vez vista la Plaza, tomamos una de las calles que salen de ella y a lo lejos avistamos una especie de torreón solitario que parece fuera de lugar: es la Powder Tower (o Prašná brána en checo). Esta torre es nada más y nada menos que una de una de las antiguas entradas de la ciudad. Había trece puertas y esta es la única que queda en pie. Está restaurada y muy bien cuidada y su ubicación entre estrechas calles la convierten en una construcción bastante imponente. Si volvemos hacia atrás por una calle paralela, llegamos de nuevo a la Plaza, y si tomamos otra salida de la misma, discurrimos nuevamente por un laberinto de callejuelas que nos lleva hasta el punto más emblemático de la ciudad, el que une la "Ciudad Vieja" con la "Ciudad Pequeña" (Malá Strana), otro distrito histórico de la ciudad.

EL PUENTE DE CARLOS

Puente de Carlos de noche
Puente de Carlos de día
Mide 500 y pico metros de largo y se construyó para unir las dos partes de la ciudad, separadas por el río Moldava. Es sin duda el lugar más archiconocido de Praga, y en el se juntan artistas como músicos, pintores, dibujantes... Lo cierto es que tiene un aire muy bohemio, como no podría ser de otra manera, ya que Praga es la capital de la vieja región histórica de Bohemia. Sí, la del famoso cristal, por eso en Praga hay un sinfín de tiendas donde podemos traernos de recuerdo cualquier figurita fabricada con este renombrado vidrio.

Puente Mánesuv
Puente Legií
Volviendo a nuestro puente, hay que decir que impresiona lo mismo de día que de noche, y que según lo vamos recorriendo, las vistas son impresionantes, tanto a un lado como a otro, con el majestuoso río Moldava y los puentes adyacentes que sirven para cruzarlo.


 
Candados en un puente de Praga
Justo al final del Puente de Carlos, en un pequeño canal que sale del río, hay un pequeño puente donde también se ha instaurado la moda de que los enamorados coloquen unos candados en señal de amor, como en el puente Tumski de Wrocław que ya os he enseñado por aquí. Los barcos turísticos que cruzan el río dejan una estampa que invitan a no irse de este rincón. Ahora vamos a darnos una vuelta por el otro lado del puente, ya que también hay cosas interesantes por ver en este distrito praguense.


LA CIUDAD PEQUEÑA

Calle más estrecha del mundo
La "Ciudad Pequeña" es otro barrio antiguo que se ubica al otro lado del río Moldava. Dando un paseo por sus calles nos podemos encontrar con la que dicen que es "la calle más estrecha del mundo". No tanto, porque yo quepo... Lo cierto es que es tan estrecha que incluso han instalado un semáforo para evitar una colisión... peatonal. Y aún así, un señor con prisas, junto con toda su familia, se empeñó en cruzarse conmigo y con mis amigos. En el momento crítico temí que hubiera que llamar a los bomberos y que nos sacasen de allí con una espátula, pero la cosa no fue a mayores. Esta calle no desemboca en otra calle, sino en la terraza de un bar donde el dueño se lo tiene más que bien montado, puesto que te cobra 3 € (75 coronas) por medio litro de cerveza cuando Praga está plagado de bares donde te puedes beber el mismo medio litro por 1-2 € (25-50 coronas).


Catedral de San Vito
Panorámica de Praga
El mayor atractivo de la "Ciudad Pequeña" se encuentra en el enorme conjunto arquitectónco que forman el Castillo, la Catedral de San Vito y otras construcciones anexas, jardines, etc. La catedral gótica impone. Su pórtico principal se encuentra muy cercano a otro edificio, y al pasar bajo un arco te lo encuentras casi de sopetón, de manera que es prácticamente imposible sacarle una foto a toda la fachada, al menos con una cámara convencional como la mía. Una vez que hemos visto la catedral, volvemos hacia el centro por una calle con muchas escaleras que nos deja una de las más impresionantes vistas de da la ciudad, gracias a un mirador.

Fachada trasera de la Karlovy Lazne
Como es imposible poner todo por aquí sin que os aburráis de leer, vamos a ir terminando, pese a que me dejo bastantes rincones curiosos por describir como el barrio judío, el Senado o los jardines reales. Sólo deciros que, si tenéis la oportunidad de visitar Praga, no lo dudéis ni un momento, porque os va a encantar. No es una ciudad cara y hay de todo y para todos, ya que entre paseo y paseo, también hubo tiempo para realizar alguna que otra salida nocturna y petarlo en la discoteca más grande de Europa Central: la Karlovy Lazne, con cinco plantas y diferentes ambientes en cada una de ellas, aunque para los que estuvimos por allí el último sábado noche siempre será la "Txitxarro".

miércoles, 9 de abril de 2014

ALGUNAS CURIOSIDADES SOBRE WROCŁAW Y POLONIA

En esta nueva entrada quiero hablaros sobre cosas que desde mi punto de vista podrían llamar la atención en un país como España. Si bien los polacos, en general, son gente normal como cualquier europeo, me gustaría destacar algunas pecualiaridades que para un español pueden ser un tanto extrañas. Supongo que esta entrada tendrá alguna continuación en el futuro, estas son sólo varias de las cosas que más me han llamado la atención tras cerca de tres semanas por aquí.

 HABITOS ALIMENTICIOS
  • En Polonia sobre las 12 del mediodía se sientan a la mesa a comer. El primer día que fui a la Universidad, llegué allí a esa hora, sobre las 12, y mientras yo me tomaba un colacao y un dulce (vale, tampoco era hora de desayunar), la gente ya se estaba poniendo como el Kiko en el bufet. Y la cena, tres cuartos de lo mismo, sobre las 6 de la tarde, es decir, a nuestra hora de "merendillar". Pese a esto, es curioso que si uno va a cualquiera de los numerosos centros comerciales de la ciudad, lo normal es encontrarse a muchísima gente comiendo en cualquier famoso restaurante de comida rápida o en bufets de comida polaca.
  • En los supermercados hay enormes estanterías dedicadas a los chocolates y derivados, de lo que deduzco que los polacos son galgos como ellos solos. Sin embargo, me cuesta horrores encontrar yogures "normales", de los que habitualmente consumimos en España. Aquí se estila más el tanque de yogur el doble de grande. Por suerte ya tengo localizados un par de sitios donde sí hay yogures normales, aunque de momento sólo los he visto de fresa. Menos es nada.
  • Mucha gente bebe ese bebedizo llamado agua con gas, al cual no le acabo de ver la gracia. Además, si pides una botella de agua sin especificar, lo más probable es que te la den con gas, como me pasó a mi en trayecto Cracovia - Wrocław cuando, muerto de sed, compré una botella de agua, le pegué un buen trago y... ya podéis imaginaros el final de la historia.
  • Desde que estoy aquí, aún no he visto latas de cerveza de 33 cl. La medida estandar es medio litro. Hay muchas marcas de cerveza polaca (Donner, Zywiec, Tyskie, Piast, Warka...) y la verdad es que están bastante buenas. La más barata, aunque no por ello menos bebible, es la Donner, la cual cuesta menos de 8 złoty las 6 latas de medio litro. Los polacos beben muchísima cerveza, y es muy normal encontrarse gente en el autobús o el tranvía lata en mano. También es mucha la gente que la toma con pajita (según ellos, para pillársela antes). Por las noches también se bebe cerveza y chupitos de vodka. Tienen fama los rusos pero os aseguro que esta gente no se queda muy atrás.

Donner: cerveza barata y que está muy buena

TRANSPORTE

Algunos de los tranvías y autobuses que circulan por Wrocław son, como mínimo de la época que da título al blog. Viejos como ellos solos. También hay líneas más modernas, pero muchas son como las fotos que veréis a continuación. Los autobuses más antiguos se usan sobre todo en el horario nocturno. Hay que decir a su favor que el transporte público aquí suele ser muy puntual y los horarios estipulados en cada una de las estaciones se cumplen en la medida de lo posible, y que para nada son incómodos. Que al fin y al cabo, es lo que importa. Destacar que no es difícil colarse y, aunque yo tengo abono, aún no me lo han pedido ni una vez en las ya casi tres semanas que llevo aquí viviendo. Y os aseguro que uso muchos autobuses y tranvías cada día, ya sea para ir al trabajo, a los pisos de mis amigos, hacer recados, etc.

Línea 2 de tranvía, ya veis que parece de otra época
Autobus de los antiguos que cubre una ruta diurna

 

 

 

 VIDA DIARIA

  • Polonia es otro de esos países de la Europa Septentrional donde tienen esa curiosa costumbre de no tener persianas. Si tenemos en cuenta que a las 6 de la mañana es de día (y bajando, puesto que ya vamos camino del verano), pues imaginaos la gracia que esto le hace a un europeo del sur como un servidor. Me sigo despertando, pero al menos ya no me desvelo: media vuelta y a seguir durmiendo.
  • Otra cosa que me ha parecido curiosa es que en  Wrocław hay una enorme cantidad de centros comerciales en un radio muy pequeño partiendo desde el centro de la ciudad. Yo ya conozco por lo menos cuatro o cinco, pero sé que hay más. Y en todos encontramos lo mismo: Mc Donald's, Zara H&M, las mismas zapaterías, Media Markt, etc. y alguna gran superficie como Carrefour o Tesco, la cual no tengo el placer de conocer en España. En algunos a lo mejor no hay gran superficie, pero el resto es lo mismo. Y repito, muy cercanos los unos de los otros y muy céntricos.
  • Como cualquier ciudad medianamente grande, Wrocław también tiene sus miserias. Aquí se ve a bastante gente sin techo totalmente perdidos por el alcohol. No dan la impresión de ser gente chunga o peligrosa de primeras, puesto que me he encontrado con bastantes en el transporte público. También hay otros muchos buscavidas (músicos, cantantes callejeros, acróbatas, habilidosos con un balón de fútbol...) que intentan sacar algún dinero, sobre todo en el Rynek y las calles adyacentes.
  • A los polacos les gusta bastante uno de los más populares inventos españoles: el futbolín Ya conozco un par de bares donde tienes futbolines que además son gratuitos. En uno de ellos tienen estadio "cubierto" por un cristal (¿por si llueve?) y las bolas son como de goma y los muñecos de plástico. Una castaña, vamos. Por no hablar de aquí en el futbolín no hay normas, lo que hace que en general no sean muy buenos jugadores. Se vale media, hueco, sacan siempre por el medio, etc. Tengo que confesar que mis amigos vascos también me miraron raro cuando les hablé de la media y el hueco.
Futbolín con cubierta y pelotas de goma

MUJERES

Para ir termirnando por hoy, sólo decir que las mujeres aquí están buenísimas en una proporción muy alta. Eso que pensamos muchas veces de las mujeres de Europa del Este... pues es cierto. Pese a que tienen un idioma tremendamente difícil de aprender, hay muchos nombres de chica muy parecidos a los nuestros: Ewa, Karolina, Monika, Weronika, Elwira, Magdalena, etc. Según mis amigas, no se puede decir lo mismo de los polacos, aunque en ese debate, yo ya no entro.

Se llama Karolina
Me gustaría terminar esta tercera entrada dando las gracias a todos aquellos que estáis siguiendo el blog (500 y pico visitas), así como las cosas que voy subiendo al Facebook, que suelen recibir muchos "Me gusta", y eso, valga la redundancia, siempre gusta.